"Aquellos que viven atentos al instante presente podrán ser conscientes de la realidad y no morirán nunca; por el contrarío, aquellos que no viven atentos a lo que aparece y desaparece aquí y ahora, es como si ya estuvieran muertos"
Buda Shakyamuni



Actividades periódicas: Charlas informativas - Intercambio de Reiki - Círculos de energía - Meditaciones guiadas, concierto de cuencos tibetanos, taller de tambor chamánico, etc.



83-EL ROBLE


 
EL ROBLE
 

Había una vez, en algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con unos manzanos, naranjos, perales, bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos. Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tenía un problema! No sabía quién era!
 “Lo que le falta es concentración”, le decía el manzano. “Si realmente lo intentas, podrás tener sabrosísimas manzanas. Ve que fácil es”.
 “No lo escuches”, exigía el rosal. “Es más sencillo tener rosas, y !ve que bellas son!”. Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez mas frustrado.
Un día llego al jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamo: “No te preocupes. Tu problema no es tan grave.
!Es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra!. Yo te daré la solución: “No dediques tu vida a ser lo que los demás quieran que seas. Se tu mismo.
Conócete, y para lograrlo, escucha tu voz interior”. Y dicho esto, el búho desapareció.
.Mi voz interior?. .Ser yo mismo?. .Conocerme?”. Se preguntaba el árbol desesperado, cuando de pronto comprendió. Cerrando los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole: “Tu jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso. !Estas aquí para dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje!. !Tienes una misión!. !Cúmplela!”. Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado. Así pronto lleno su espacio y fue admirado y respetado por todos. Y solo entonces el jardín fue completamente feliz.
 
 
 “.Cuantos robles hay que no se permiten a sí mismos crecer?. .Cuantos rosales que, por miedo al reto, solo dan espinas?. .Cuantos naranjos hay que no saben florecer?”. En la vida todos tenemos un destino que cumplir, un espacio que llenar. No permitamos que nada ni nadie nos impida conocer y compartir la maravillosa esencia de nuestro ser.


No hay comentarios: