LOS ESENIOS
Desde el descubrimiento arqueológico de los Rollos del Mar Muerto en
1946, la palabra "esenio" ha dado la vuelta al mundo, haciendo surgir
con frecuencia muchas preguntas.
Hace dos mil años, una fraternidad de hombres y mujeres santos vivían
juntos en una comunidad y portaban las semillas de la cristiandad y la futura
civilización occidental.
Esta hermandad que era más o menos perseguida y mantenida en el
ostracismo daría personas que cambiarían la faz del mundo y el curso de la
historia. Sin duda, casi todos los principales fundadores de lo que luego se
denominó la cristiandad fueron esenios: Santa Ana, José y María, Juan el
Bautista, Jesús, Juan el Evangelista, etc.
Los esenios se consideraban separados a sí mismos, no por causas
externas, como el color de la piel, el pelo, etc., sino porque la iluminación
de su vida interna y su conocimiento de los ocultos misterios de la naturaleza
eran desconocidos para otros hombres. También se consideraban un grupo en el
centro de todos, porque cualquiera podía formar parte de su Fraternidad tan
pronto pasaran con éxito las pruebas selectivas.
Ellos pensaban, con muy buenas razones para ello, que eran herederos de
los antiguos hijos e hijas de Dios, herederos de su antigua y gran civilización.
Poseían avanzados conocimientos y trabajaban arduamente en secreto por el
triunfo de la luz sobre las tinieblas en la mente humana.
Sentían que les había sido confiada una misión, que eventualmente sería
la fundación del cristianismo y la civilización occidental, y estaban apoyados
en este esfuerzo por seres altamente evolucionados que dirigían la fraternidad.
Eran verdaderos santos, Maestros de sabiduría.
Los esenios no se limitaban a una sola religión, sino que estudiaban
todas para poder extraer de ellas los grandes principios científicos.
Consideraban que cada religión era un estado diferente de una misma
manifestación. Le daban gran importancia a las enseñanzas de los antiguos
caldeos, a las secretas instrucciones de Moisés y de uno de los fundadores de
su orden, que había trasmitido técnicas similares a las del budismo, así como a
las revelaciones de Enoc.
Poseían la ciencia viviente de estas revelaciones y, de este modo,
sabían cómo comunicarse con los seres angélicos y habían resuelto la pregunta
del origen del mal en la tierra.
Una de sus más grandes preocupaciones era protegerse de cualquier
contacto con espíritus del mal, para poder preservar la pureza de sus almas.
Sabían que estarían en la tierra durante un corto período de tiempo y no querían
prostituir sus almas eternas.
Los esenios consideraban su Fraternidad, compuesta de hombres y mujeres,
como la presencia en la tierra de las enseñanzas de los hijos y las hijas de
Dios. Ellos eran la luz que brilla en las tinieblas, que invita a la oscuridad
a convertirse en luz. Los esenios sabían diferenciar entre las almas que aún
estaban dormidas, las que estaban sólo medio despiertas, y las despiertas. Su
tarea era ayudar, consolar y aliviar a las almas dormidas, tratar de despertar
a las que estaban a medias, y dar la bienvenida y guiar a las almas despiertas.
Sólo las almas que se consideraban despiertas podrían recibir la iniciación en
los misterios de la Fraternidad esenia, integrada por hombres y mujeres.
Entonces comenzaba para ellos el sendero de evolución, que ya no se detiene más
a través del ciclo de sus encarnaciones.
Todos conocían a "los hermanos y hermanas vestidos de blanco".
Los hebreos los llamaban "La Escuela de los Profetas"; para los
egipcios, ellos eran "los Sanadores, los Médicos". Tenían propiedades
en casi todas las grandes ciudades, y en Jerusalén había incluso una puerta que
llevaba su nombre: La Puerta de los Esenios.
PADRE NUESTRO ESENIO
creador del Universo
Tú que estás en
nosotros
con mis acciones
quiero santificar tu
nombre
que tú nuevo reino
crezca en mí
y a través de mí
hágase tu voluntad
y de mi espíritu
danos hoy el alimento
de cada día
para el espíritu y para
el cuerpo
y perdona nuestros
errores
así como nosotros
perdonamos a los que nos hieren
y conducidos por tus
Ángeles
guíanos por el camino
del reconocimiento
pues Tuyo es el
Universo
el Amor
y la Luz
por los siglos de los
siglos
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