EL MONJE
Un monje llegó a la
cabaña de un ermitaño en el claro del bosque. Entró y se aposentó sin decir una
sola palabra. Allí estuvieron durante seis días y sus noches, compartiendo los
dos hombres el pan, los trabajos de la cabaña, y los alrededores, sentándose en
los atardeceres, bajo el viejo roble de la fuente.
Ni una palabra se
cruzó entre ellos; tan sólo miradas de simpatía y alguna que otra palmada en la
espalda.
Cuando el monje
partió, se estrecharon las manos y, sin decir ni una palabra, se prometieron
amistad para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario