"Aquellos que viven atentos al instante presente podrán ser conscientes de la realidad y no morirán nunca; por el contrarío, aquellos que no viven atentos a lo que aparece y desaparece aquí y ahora, es como si ya estuvieran muertos"
Buda Shakyamuni



Actividades periódicas: Charlas informativas - Intercambio de Reiki - Círculos de energía - Meditaciones guiadas, concierto de cuencos tibetanos, taller de tambor chamánico, etc.



123-INCOHERENCIA



INCOHERENCIA
 
 
Un joven alfarero, ávido de las enseñanzas de su maestro, le preguntó en cierta ocasión.
Maestro, ¿hay en el camino que lleva a la vida alguna herida que el alma no pueda cerrar?
El maestro levantó las cejas con un gesto de resignación.
Si. Hay una.
¿Y cuál es?, volvió a preguntar el muchacho.
La incoherencia, respondió escuetamente el maestro.
¿La incoherencia?, se extrañó el joven, que esperaba alguna cosa de mayor dramatismo.
Moviendo la cabeza, el maestro dejó salir una sonrisa cansada.
La incoherencia es la compañera infatigable del buscador incansable, le dijo. Es el comensal no invitado a la fiesta que termina poniéndose en evidencia después de haber satisfecho su apetito.
El alma te dice cuál es el camino que debes tomar, y tú aceptas en tu corazón que es el camino adecuado. Pero luego, no sabes cómo, te ves caminando por el sendero equivocado sin saber cómo explicarte a ti mismo lo sucedido.
Uno dice esto o aquello, y poco después se traiciona a sí mismo haciendo lo contrario, y cuanto más se hace el propósito de no volver a caer, más veces cae en el error.
Es como una pulga impertinente que cuanto más te rascas más te pica.
El joven estaba intentando asimilar las que parecían ser enormes dificultades de ser coherente con lo que uno afirma.
Entonces, ¿no hay manera de alcanzar la coherencia entre lo que uno dice y lo que hace?, preguntó.
Puedes alcanzar un cierto grado de entendimiento, siempre y cuando no entables una lucha a muerte con ella, siempre y cuando la dejes vivir a tu lado como una sombra que no puedes despegarte de los pies.
Y cuando llegas a hacer amistad con tu propia incoherencia, entonces ella te hace un don que no esperabas.
¿Cuál?, preguntó el joven intrigado.
La humildad.
Grian





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