EL TESORO MÁS GRANDE DEL MUNDO
Desde hoy puedes elegir disfrutar todos los momentos de tu existencia, no permitir que un segundo más se escape de tu vida. Puedes abrir los ojos y vivir este momento aparentemente ordinario e imperfecto, pero donde se encuentra escondido el más grande de los tesoros. Un tesoro insustituible, único, original, que es más valioso que todos los diamantes del planeta. Tan valioso como la vida misma, irremplazable, sin garantías, siempre sorpresivo, el cual no puedes reconocer porque es pequeñísimo, simple, rutinario minúsculo… casi imperceptible.
No lo puedes comprar con todo el oro del mundo, y si lo
perdieras, jamás lo podrías recuperar, porque cuando tratas de retenerlo… se
desvanece. Es enemigo del tiempo pero amigo de la eternidad. Es enemigo de los
que están dormidos, pero amigo de los que están despiertos. A veces el tesoro
viene disfrazado de cansancio, aburrimiento y hastío; otras se esconde entre el
pasar de una mariposa, y entre la sonrisa de un niño, entre el sabor de un
dulce de fresa y el amargo de una despedida, entre una brisa cálida, y una
lluvia fría, entre los gemidos de un recién nacido, y los lamentos de un
anciano; entre el eco de una carcajada y en la soledad de una simple lágrima.
Este tesoro es el más preciado de todos los regalos que tu
Dios te ha dado, pero está escondido en un lugar insospechado… reposa como una
paloma fugaz entre tus manos… se te escapa como el agua a través de los dedos…
constantemente. Una vez se va, ya no regresa… y cuando se ha ido, ya no puede
reponerse.
A veces se añora, a veces se olvida. Este tesoro es el más
valioso de todas las posesiones del universo sin embargo muy pocos lo reconocen
y mucho menos lo aprecian en el momento que les llega.
Ese tesoro es: EL AHORA
Los ciclos del Alma – Sharon M. Koenig
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