LA GENTE QUE ME GUSTA
Primero que
todo me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que
decirle que haga las cosas, que sabe lo que hay que hacer y lo hace en menos
tiempo del esperado.
Me gusta la
gente con capacidad para medir las consecuencias de sus actuaciones. La que no
deja las soluciones al azar.
Me gusta la
gente estricta con su gente y consigo misma, que no pierde de vista que somos
humanos y que podemos equivocarnos. Me gusta la gente que piensa que el trabajo
en equipo, entre amigos, produce más que los caóticos esfuerzos
individuales.
Me gusta la
gente que sabe la importancia de la alegría.
Me gusta la
gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y
razonados a las decisiones de su jefe.
Me gusta la
gente de criterio. La que no traga entero. La que no se avergüenza de reconocer
que no sabe algo o que se equivocó. Y la que, al aceptar sus errores, se
esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
Me gusta la
gente capaz de criticarme constructivamente y de frente: a estos los llamo mis
amigos.
Me gusta la
gente fiel y persistente que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e
ideales se trata.
Me gusta la
gente de garra, que entiende los obstáculos como un reto.
Me gusta la gente que trabaja por
resultados. Con gente como esta me comprometo a lo que sea, así no reciba
retribución económica alguna. Con haber tenido esa gente a mi lado, me doy por recompensado.
Anónimo
(atribuido a Mario Benedetti)
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