METÁFORA DEL JARDÍN
La metáfora del jardín
Imagina que tienes
un jardín y que eres el único responsable de cuidarlo.
Eres el
jardinero del jardín. Las plantas simbolizan lo que tienes en la vida. Si
observas podrás ver las plantas que tienes: del trabajo, de la familia, de los
amigos, de las aficiones, de tu cuerpo… Ante la visión de tu jardín puedes
empezar a plantearte muchas preguntas:
¿Todas las
plantas están igualmente cuidadas? ¿Cuáles están más mustias y necesitan más mi
atención? ¿El número de plantas de nuestro jardín es el adecuado? Si tengo
demasiadas plantas quizá será imposible dedicarles el tiempo que necesitan, y
si dispongo de pocas, y por inclemencias del tiempo se marchitan algunas, me
quedaré con un jardín muy pobre.
Además de
plantas, en el jardín también se encuentran algunas semillas que he plantado.
Son mis objetivos. ¿Por qué he elegido estas semillas y no otras? Probablemente
se deba a que quiero tener un jardín como el del vecino, quizá porque me lo han
sugerido con demasiado énfasis las personas que me rodean, o tal vez porque
realmente deseo las plantas que brotarán de ellas. ¿Cuál es mi caso?
El
crecimiento de las plantas requiere su tiempo. Muchos jardineros se
impacientan, empiezan a plantar más semillas para comprobar si, al contrario de
las ya sembradas, de ellas brotan plantas con más rapidez. Sin embargo, las
semillas recién plantadas, como todas, requieren su tiempo para convertirse en
plantas frondosas.
Con su
estrategia, fruto de la impaciencia, acaban con un jardín donde han sembrado
muchas semillas, pero de las que no han obtenido ninguna planta porque no las
han cuidado con paciencia. ¿Eres un jardinero paciente?
Muchos
jardineros, cuando plantan una semilla se imaginan todos los detalles de la
planta que crecerá. Y cuando observan que la forma o el color de las flores o
el número de hojas no son exactamente como habían previsto, empiezan a creer
que han escogido la planta equivocada o que quizá no hayan realizado de forma
correcta su labor. Otros, en cambio, observan sus plantas y aprecian y
disfrutan de esas pequeñas sorpresas de la naturaleza. ¿Nos desespera lo que no
se ajusta a nuestras expectativas?
En mi jardín
también habitan malas hierbas. Éstas simbolizan mis miedos, inseguridades,
dudas, los complejos… Hay jardineros que se dedican todo el tiempo a intentar
arrancar malas hierbas y descuidan el resto de sus plantas. Cuanto más se
dedican a arrancarlas, peor está el resto de sus plantas. Todos los jardines
tienen malas hierbas. Si no fuera así, sería tan artificial que se vería
irreal. ¿Dedicamos más tiempo obsesionados con las malas hierbas o a regar
nuestras plantas?”.
Puede que esta lectura lleve a
profundizar sobre lo que queremos en la vida, pero si esas reflexiones no se
traducen en conductas, ¿para qué sirven?
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