ENAMORADO DE LA MADRE TIERRA
Bienvenida querida madre, me inclino ante ti con el
mayor respeto y la clara percepción de que estás presente en mí y yo soy parte
de ti. Tú me diste la vida y me proveíste de todo lo que necesitaba para
nutrirme. Me diste aire para respirar, agua para beber, alimentos para comer y
hierbas medicinales para curarme cuando estaba enfermo. Porque me diste vida
una vez, sé que en el futuro continuarás dándomela una y otra vez. Es por eso
que no puedo morir nunca. Cada vez que me manifiesto soy fresco y nuevo, cada
vez que regreso tú me recibes y me abrazas con gran compasión. Eres la gran
Tierra, eres Gaia, eres el hermoso planeta azul. Eres la refrescante Tierra
Bodhisattva, fragante, fresca, amable y pura. Eres infinitamente hermosa.
Tienes la gran capacidad de recibir, cuidar y transformar todo, incluyendo todo
tipo de suciedad, humos venenosos e inclusive residuos radioactivos. El tiempo
está contigo para hacer este trabajo y lo harás aún y cuando te tome un millón
de años. Tienes un gran número de hijos, millones de especies, entre las cuales
la especie humana es solo una más. Muchos humanos, cegados por la avaricia, el
orgullo y el engaño hemos sido incapaces de reconocerte como nuestra Madre. Es
por eso que nos hemos causado tanto sufrimiento los unos a los otros y hemos
dañado tu salud y tu belleza. Sabemos que tienes suficiente energía para
abrazar y transformar nuestros errores. Sin embargo nuestras mentes engañadas
continúan empujándonos a explotarte y a crear conflictos. Esto te genera mucha
tensión.
Madre, eres un ser inmensamente realizado, eres un
gran Bodishattva. No solo eres una madre para todos nosotros, sino la madre de
incontables Buddhas, Santos y Bodhisattvas. Nuestro maestro espiritual
Shakyamuni Buddha, fue tu hijo. El Bodhisattva Avalokiteshvara y la Virgen
María también fueron tus hijos. La matriarca Lieu Hanh fue tu hija. Los
Bodhisattvas Sadaparibhuta y Kshitigarbha fueron también tus hijos. Aún
nuestros padres son tus hijos. Muchos de nosotros que hemos sido criados y
guiados por ti a través de muchas vidas, nos hemos convertido en Bodhisattvas
con la capacidad de educar a otros, ayudarlos y protegerte a ti. Hay algunos de
nosotros que hemos sido capaces de investigar y tratar de entender galaxias
distantes, así como nuestra propia Vía Láctea, y los planetas de nuestro
Sistema Solar, ayudándote así a profundizar tu comunicación con ellos. Sabemos
que tus relaciones con los planetas, especialmente con el Sol y la Luna, ya son
armoniosas. Rotas suavemente y en forma interconectada con ellos para crear los
ciclos rítmicos del día y la noche, y las cuatro estaciones. Estamos
conscientes de que eres uno de las Bodhisattvas más hermosas y preciosas del
Universo. Estamos también conscientes de tu virtud de gran paciencia. Es por
eso que podemos tomar refugio en ti con todo nuestro corazón y confiar
plenamente en ti.
Thich Nhat Hanh
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