LA QUEJA
Nunca te quejes de
nadie, ni de nada porque fundamentalmente tú has hecho lo que querías en tu
vida.
Acepta la
dificultad de edificarte a ti mismo y el valor de empezar corrigiéndote. El
triunfo del verdadero hombre o mujer surge de las cenizas de su error.
Nunca te quejes de
tú soledad o de tú suerte, enfréntala con valor y acéptala. De una manera u
otra es el resultado de tus actos.
No te amargues de tú
propio fracaso ni se lo cargues a otro, acéptate ahora… Recuerda que cualquier
momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar.
No olvides que la
causa de tú presente es tú pasado así como la causa de tú futuro será tú presente…
Aprende a nacer
desde el dolor y a ser más grande que el más grande de los obstáculos… Tú mismo
eres tú destino.
Levántate y mira el
sol por las mañanas y respira la luz del amanecer. Tú eres parte de la fuerza
de tú vida, decídete y triunfarás en la vida: nunca pienses en la suerte,
porque la suerte es, “el pretexto de los fracasados”.
Anónimo
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