KATSUGEN UNDO y YUKI: Movimiento espontáneo, reajuste y revitalización de cuerpo y mente.
KATSUGEN UNDO
Ejercicio con el que conectamos
con nuestro eje y los automatismos de la coordinación cráneo-vértebras-pelvis
(CVP). En este automatismo se va creando un diálogo entre la parte que quiere
mover y la parte espontánea. Se puede dar un movimiento unas veces más dinámico
y otras más estático. Se pueden realizar algunos ejercicios introductorios y
después simplemente vamos dejando que le cuerpo se coloque, se mueva en alguna
dirección, en algún sentido... Poco a poco el movimiento se va haciendo
espontáneo (consciente y autónomo a la vez), va surgiendo algún ritmo y
automatismo, con el tiempo y muchas veces a posteriori, tomamos consciencia de
nuestros bloqueos y de cómo hace el cuerpo para resolverlos. El ejercicio es
como una interiorización donde la atención se dirige al deseo de moverse, esta
concentración nos lleva a un estado interior donde pensamientos, imágenes,
aquello que nos decimos etc… van remitiendo y se va aclarando la mente, cada
vez el movimiento es más natural, dando lugar a poder expresar y manifestar la
vida. El movimiento de las células-tejidos de esas zonas de bloqueo genera
distintos fenómenos de limpieza del organismo que nos permiten eliminar las
sustancias tóxicas que se habían acumulado. Los órganos internos van realizando
mejor su función y la psique recupera su sensibilidad y flexibilidad natural.
En esta progresiva coordinación de las diferentes partes de la CVP, nos damos
cuenta de cómo se van relajando unas zonas que estaban excesivamente tensas y
se activan otras, debilitadas. Recuperamos flexibilidad, movimiento y
coordinación interna deteriorada por las diferentes circunstancias de nuestra
vida, a medida que vamos practicando vamos viviendo de una manera más armónica
y conforme a nuestra propia naturaleza, la percepción de la realidad se amplia
y también la relación con el medio, con nosotros mismos y las demás personas.
YUKI
Yuki es una terapia milenaria
utilizada en Japón por los sacerdotes sintoístas. Las primeras anécdotas de las
que se tiene conocimiento datan de siglo VII. Estos sacerdotes, quienes en
realidad, eran los chamanes del antiguo Japón,
utilizaban esta terapia de imposición de manos para devolver un estado de relajación o
normalidad a la zona que provocaba el dolor al paciente.
El Yuki se basa en la transferencia de energía vital
o “Ki” de una persona a otra, siendo esta última la que conecta o enlaza
con el campo energético del terapeuta. Para que la terapia tenga éxito, es
necesario que el paciente crea en el terapeuta, es decir que confíe en él, que
se “abra” al terapeuta.
El
terapeuta de Yuki tiene un exceso de energía vital, es por eso
que de forma natural la vierte hacia el paciente que es el recipiente donde el
terapeuta vierte la misma.
Esta
energía es eso, solo energía, llega al paciente carente de emociones, carente
de vibraciones extrañas a él ya que proviene de una fuente natural que es el
cuerpo humano.
Es el
terapeuta quien consigue adecuar la
energía a su cuerpo para luego ofrecerla, esto ocurre de forma natural
sin la voluntad del terapeuta.
Es
diferente a Reiki, pero también forma
parte del grupo de las terapias energéticas. En Reiki se canaliza
energía universal que es la que se transmite al
paciente,somos un mero canal y no hay voluntad ni pensamiento alguno del
problema que tiene el paciente, “hueco como caña de bambú”.
A
diferencia, el Yuki sí que lo
hace con voluntad, es más, en todo momento hay una conexión mental con el
problema del paciente. Por otra parte, no se baja energía universal, sino que
la produce en su cuerpo de forma constante.
En Yuki se entra en contacto con el
paciente en la zona afectada y eso facilita la cesión de energía, a la vez que
el terapeuta puede “sentir” al paciente.
El Yuki bien aplicado, tiene unos
resultados sorprendentes y maravillosos, además de ser una terapia
relativamente rápida.
Esta terapia es idónea para el
tratamiento de cualquier enfermedad física o psíquica, para dolores
articulares, musculares, menstruales, craneales, etc. Está recomendada para
ambos sexos, niños, adultos, embarazadas, ancianos (especialmente aquellos con
dolores de origen nervioso), etc.
LA
PRÁCTICA
Inicia la sesión con la relajación del plexo solar. Al Katsugen se le
denomina también “La Escuela de la Respiración”, sin embargo, aquí para nada se
enseña a respirar. La respiración profunda no es una cuestión de técnica, con
la técnica la fuerzas. Por ello, para de una forma natural poder profundizar la
respiración, es preciso relajar el plexo solar ó diafragma. Cuando este se haya
tenso es imposible que la respiración penetre hasta el abdomen, por
consiguiente has de ayudar a que el plexo solar se relaje y lo haces de la
siguiente forma:
Apoya
las yemas de los dedos en la zona comprendida en el triangulo que forma la base
de las costillas (Diafragma), inclinando la cabeza hacia atrás, inspira
profundamente y con la boca abierta haz una flexión hacia delante hasta tocar
el suelo con la cabeza, al tiempo que expulsas todo el aire y presionas
suavemente con los dedos la zona antes indicada.
Cuando ya no queda ni
siquiera los restos de aire dentro, te incorporas inspirando de nuevo
profundamente y relajando la presión de los dedos. Esta operación se repetirá
tres veces, sin prisa y con mucha profundidad.
Cadena de Reactivación. Mantén una
postura cómoda, no es preciso estar de rodillas a la japonesa. Con las palmas
de las manos mirando hacia arriba, sujeta la muñeca situando el pulgar en la
base de la palma (mas o menos donde se halla el pulso). Los ojos cerrados que
no deben abrirse en toda la sesión, inicia una cuenta de tres y al final
inspira muy profundamente; luego el ritmo respiratorio será normal sin
forzarlo. Para finalizar, se efectúa la misma operación “INSPIRAAAAAR”, “UN……,
DOS……, TRES”. Ahora ya se puede soltar la mano.
Respiración por las manos. Sentado,
coloca las manos como en posición de rezar, a la altura de la nariz y separados
unos milímetros. Visualiza la respiración que penetra por la punta de los dedos
y la expiración por las palmas de las manos. Esto es para sensibilizar las
manos a la hora del YUKI. Las manos empiezan a calentarse y se puede llegar a
sentir hormigueo en ellas, también puede ocurrir que sientas como se juntan,
debes dejar hacer y juntarlas o en otros casos como si existiera un campo
magnético entre ellas y se repelieran.
Ahora YUKI. Saluda a la persona que
debes hacer Yuki, arrodillado frente a él o ella, a la japonesa. Colócate por
el lado izquierdo y sitúa la mano derecha en la nuca (Occipucio) y la izquierda
delante de los ojos. Así colocado respira a través de las manos. Esto es YUKI.
La acción de este, relajara la zona cervical y a menos que él se contraiga esta
relajación provocara que se tienda en el suelo. Una vez tumbado, bien boca
arriba o boca abajo, sitúa las manos sobre su espalda o pecho.
NO MANIPULAR, NO HACER
PRESIÓN, simple y únicamente dejar que las manos se posen donde ellas deseen:
sea el lugar que sea; sin intenciones ni ánimo de ningún tipo. Con la mente en
estado Tenshin, déjate llevar.
Es imprescindible estar cómoda
toda la sesión, adopta las posturas que más nos convengan y si en un momento
dado se ha de dejar de hacer YUKI, se deja; es mejor a estar incómodo.
Segundos puntos en la cabeza. Estos se
hayan situados en el ángulo que forman los ojos con las orejas. Palpando suavemente
en la mayoría de los casos se puede notar como dos hendiduras. Sitúa los dedos
pulgares sobre ellos y la yema de los otros dedos en las sienes. Como al
principio de la sesión se iniciara “INSPIRAR……”, “UN……..DOS……TRES”, se repetirá
la inspiración profunda y en la expiración, se apoya suavemente la yema de los
pulgares en dichos puntos. ¡¡ SUAVEMENTE¡¡ sin apretar.
Al cabo de un tiempo
“RELAJAR” y se suelta la suave presión que ejerces y repites esto tres veces,
al final de las cuales pasa al movimiento inducido.
Los segundos puntos en la
cabeza tienen por objeto la relajación de la actividad mental. El cerebro es la
única parte del cuerpo que jamás descansa y siempre está en actividad, incluso
en el sueño. Con este ejercicio ayudas a la relajación de esta zona.
Mantener la mente en blanco,
en contra de lo que se cree, no significa no pensar en nada, ya que es esta una
misión imposible. Mientras lo intentas ya estas pensando en ello. Mantener la
mente en blanco es sólo no entretener demasiado tiempo un mismo pensamiento,
debes dejar que estos fluyan por la mente, sin que ninguno en particular nos
entretenga.
A continuación, después de las tres
veces que apoyas los dedos en los segundos puntos, pasas a la espalda de la
otra persona. Te sitúas detrás y sin intentar dirigir su movimiento, apoyas la mano derecha en la columna vertebral y la
izquierda en la cintura. Si este surge, no debes entorpecerlo con tus manos y
si es necesario las retiras y no tocas su espalda; se puede seguir a distancia.
Para finalizar, haz la “TRANSPIRACIÓN”
y después de ella debes estirarte en el suelo donde permaneces cinco o seis
minutos desperezándote.
La transpiración se ejecuta
de la siguiente forma: Sentado de rodillas, coloca los pulgares dentro de las
manos, súbelas lentamente, inspirando profundamente. Una vez arriba, las bajas
tirando de los codos hacia atrás y concentrando toda la respiración en el
abdomen. Se dejan bajar suavemente mientras vacías todo el aire muy despacio
como si fuera un balón que se deshincha. La nuca deberá ir atrás. Esta
operación se realiza tres veces, después te tumbas y puedes abrir los ojos
despacio, primero el izquierdo y luego el derecho.
Saluda a tu compañero/a para
finalizar la terapia.
El aprendizaje de la técnica no comienza en la
imposición de las manos sino en la vida cotidiana misma.
El ritmo entre aplicación y pausa, el espacio en
blanco, no son creados ni por los dedos ni por los conceptos, y son imposibles
de conseguir mediante el esfuerzo o la inventiva. Tan sólo nacen y se
establecen a través de la vida cotidiana. Por ello, afirmo que la técnica no
surge de los dedos, sino de la vida. (H.N.)
EL
MAESTRO – HARUCHITA NOGUCHI
Nació en Japón a
principio de siglo, fue afectado a muy corta edad por la polio, a consecuencia
de la cual, perdió prácticamente la capacidad de hablar. Anomalía esta, que
logro corregir con la práctica del Katsugen – Undo.
Cuando contaba
escasamente diez años, una epidemia azoto Japón y murió mucha gente. Una vecina
suya a la cual profesaba un gran aprecio, resulto afectada. Viendo lo que
sufría y en un afán de ayudarla, coloco sus manos sobre ella y está sano.
La noticia corrió como
la pólvora y empezaron a acudir personas de todos los lugares a ver el niño
prodigio. Como fuera que todos los que acudían se curaban, empezó a preguntarse
a que se debía aquel fenómeno y lejos de creerse un ser dotado de poderes
sobrenaturales, se inicio en el estudio de todo lo que estaba ocurriendo.
Estudio y profundizo
en todos los sistemas y métodos que estuvieron a su alcance, desde acupuntura
hasta doctorarse en medicina.
Fundó la sociedad
SEITAI, hoy en día dirigida por sus hijos, en especial por el segundo Hiroyuki
Noguchi. Esta sociedad engloba todos los estudios y conocimientos del Maestro,
donde el Katsugen-Undo y el YUKI, son uno más de ellos.
A los dieciséis años
impartía sus enseñanzas a eminentes doctores y personalidades de Japón. Conoció
y fue amigo de Alexis Carrel, premio Nobel de medicina, el cual compartió sus
conocimientos y escribió un libro basado en ellos. “El Hombre ese Desconocido”.
Entre sus estudios son
muy importantes El Taiheki y El Seitai, los cuales forman la parte científica y
cuyo tiempo de aprendizaje se estima en más de veinte años.
Fue nombrado Doctor
Honoris Causa de la Universidad de Medicina de Japón y a su muerte, se dijo que
iba cien años por delante de la medicina.
Tenshin “EL CORAZON DEL CIELO PURO”
EL MOVIMIENTO ES COMO UNA ESPECIE DE RECOGIMEINTO EN BUSCA DE LA ARMONIA
INTERIOR Y NO LA EJECUCION DE UNA TECNICA.
NO HAY QUE PEDIR NADA,
HAY QUE ESPERAR QUE LA ARMONIA SE REVELE POR SI MISMA
DE MODO COMPLETAMENTE NATURAL,
ES PRECISO DESPOJARSE DE TODA TECNICA,
DE TODA BUSQUEDA DE PODERES,
DE EFICACIA, CODICIA, LUCHA O DE SEDUCCIÓN.
PRACTICAD CON EL CORAZÓN DEL CIELO PURO.
(Haruchika Noguchi)
EL PULSO DE LA VIDA
CADA VEZ QUE LATE EL PULSO DE LA
VIDA,
CADA VEZ DENTRO DE MI VIENE EL ALIENTO DELA
NATURALEZA.
ASÍ, EN CADA INSPIRACIÓN, CADA
EXHALACIÓN,
EN CADA RESPIRACIÓN,
ME VUELVO NUEVO Y FRESCO, LLENO DE
KI.
MIENTRAS DURA LA VIDA,
INCESANTE RESPIRA EL ALIENTO,
ESA BENDICIÓN DE LA NATURALEZA.
Y, YO, INFINITAMENTE NACIENTE.
ALEGRÍA!
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