"Aquellos que viven atentos al instante presente podrán ser conscientes de la realidad y no morirán nunca; por el contrarío, aquellos que no viven atentos a lo que aparece y desaparece aquí y ahora, es como si ya estuvieran muertos"
Buda Shakyamuni



Actividades periódicas: Charlas informativas - Intercambio de Reiki - Círculos de energía - Meditaciones guiadas, concierto de cuencos tibetanos, taller de tambor chamánico, etc.



44-LA MUERTE NO EXISTE


LA MUERTE NO EXISTE
 

 
Los hombres de corazón sabio no lamentan la suerte de quienes viven, ni de quienes han fallecido.
Ni tú ni yo, ni ningún otro ser, jamás ha dejado de ser...
siempre y para siempre.
Todo cuanto vive, vive eternamente.
Así como el cuerpo humano experimenta la infancia, la juventud y la vejez, así también el alma toma y abandona sucesivamente diversas moradas físicas, una y otra vez.
Los sabios conocen esta verdad y no temen a la muerte.
¡El alma, sábelo, es indestructible y se expande por doquier! No puede jamás ser detenida, decrecer, o cambiar en forma alguna.
Sólo estas nuestras formas temporales, en las cuales mora el espíritu inmutable, inmortal, infinito, son perecederas.
Quienes no conocen la verdad, podrán afirmar: "¡He matado!" o pensar: "¡He muerto!" Pero el alma no puede matar; el alma no puede morir.
El espíritu no tiene nacimiento, ni puede perecer jamás: Ha existido desde siempre. ¡El comienzo y el fin son sólo sueños!
El espíritu permanece por siempre inmutable, sin nacimiento ni muerte. Aunque su morada temporal perezca, el espíritu es invulnerable a la muerte.
Te digo que las armas no pueden atacar al alma; ni pueden las llamas quemarla, ni las aguas ahogarla, ni los vientos secarla.
Inaccesible a inconquistable, invulnerable a intocable; inmortal, estable, todo poderosa, segura, invisible e inefable; más allá del pensamiento y la palabra, un todo en sí misma: así es el alma.
¿Por qué, pues, sabiendo que es así habrías de llorar, cuando no hay causa para hacerlo? ¿Habrías acaso de sufrir, si sabes que el que acaba de fenecer, al igual que el recién nacido, vive siempre y no es sino el mismo Espíritu siempre existente?
Así como los hombres se despojan de sus vestimentas usadas y, adquiriendo nuevos ropajes, deciden: "Estos usaré hoy", así el alma se deshace también calladamente de su vestidura de carne, y pasa luego a heredar un ropaje nuevo.
 
 
Bhagavad Guita
 
 




 


 







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