LA MEJOR MANERA DE ENSEÑAR ES SENCILLAMENTE SIENDO
"No
hay quien baile mejor o peor que yo"
Nací
en un barco de pesca, en una isla de 6 km2, en Alaska, soy yupik. Viuda, me
queda una hija y 6 nietos. Fui la primera persona en Alaska que obtuvo el título
de médico de Medicina Tradicional y como tal trabajo en la Fundación South
Central, pero no he ido a la escuela.
P: Su
bisabuela conocía el camino que usted iba a recorrer...
Yo me
crie con las abuelas sabias, caminé con ellas y aprendí de ellas sin hacer
preguntas.
P:
¿Por qué sin preguntas?
La
mejor manera de enseñar es sencillamente siendo.
P:
Sí, señora.
Todas
las abuelas sabían que yo sería una gran sanadora y una líder espiritual, pero
la que más confiaba en mí era mi bisabuela, fue ella la que me entregó las
trece piedras y las trece plumas de águila, para "cuando las abuelas por
fin se reúnan".
P:
¿Todas ustedes tienen visiones?
Sí,
yo empecé a tenerlas a los cuatro años y desde entonces tengo el poder de sanar
y lo ejerzo, pero le aseguro que yo no hago nada, simplemente me entrego.
P:
Eso es mucho.
Nada
me pertenece, no tengo nada, todo lo dejo ir y no pienso sobre ello. La
contrapartida es que nada me hiere.
P:
Pero tuvo un cáncer.
Las
enfermedades vienen de la rabia, una rabia sostenida y soterrada se convierte
en enfermedad. Yo acumulé ira desde mi infancia. Mi padre murió un mes antes de
que yo naciera y siempre lo añore. Y quería tener una nariz hermosa, un perfil
como el de Elizabeth Taylor, y bonitos vestidos.
P: ¿Y
qué le dijo la abuela?
Que
si quería verme una nariz hermosa, me limpiara por dentro. Bella por dentro es
bella por fuera. Tuve que aprender sobre mí misma, entender que sólo existe la
abundancia y que para vivir en paz hay que perdonar. Al dolor hay que dejarlo
marchar.
P:
Dicho por usted, parece sencillo.
El
problema es que nos olvidamos de lo que esencialmente somos. Nos emperramos en
hacer cosas en lugar de permitirnos no hacerlas. Siempre esforzándonos,
queriendo gustar a alguien, queriendo ser fuertes.
P: La
otra opción no la veo clara...
Permitirnos
ser, es decir: ser nosotras mismas, tomarnos nuestro tiempo para hacer lo que
debemos hacer, ser más flexibles. Conocernos y compartir.
P:
"El empeño que ponemos en ser perfectas es lo que nos hace sufrir tanto".
Sí,
eso pienso. Y también pienso que a veces la gente está aferrada a su
sufrimiento.
P: ¿Y
qué le ha ayudado a conocerse a sí misma?
Me he
deshecho de mi ego, no hay quien baile mejor o peor que yo. Todo lo que veo es
hermoso, así que quiero que todo el mundo vea todo hermoso y que aprendan a
amarse a ellas mismas y compartirlo con todas las demás.
P: ¿Y
cómo se llega ahí?
En mi
pueblo, desde muy pequeñitos se les enseña a los niños que lo que piensan
tienen que sentirlo y que lo que sienten tienen que pensarlo.
P:
¿Qué le ayudó a superar la muerte de cinco hijos?
Sueño
que han crecido y que me están ayudando. A veces pienso que si vivieran aquí
igual me causarían dificultades. Están en el otro lado y me protegen, y yo les
doy las gracias todos los días. No puedo agarrarme a ellos, fui un instrumento
para traerlos a este mundo de camino al siguiente.
Cuando
era pequeña, mi madre solía decirme que cuando vamos al otro lado nos
convertimos en estrellas y que hay muchas ventanas en el universo que nos están
mirando.
P:
¿Elegimos la vida que vivimos?
Sí.
Estamos aquí por una razón, así que debemos hacerlo lo mejor que sepamos,
agrandar nuestro espíritu, ser sabios, porque eso es lo único que nos llevamos.
P: ¿Y
usted cómo supo cuál era su destino?
"Soy
una niña - le dije al gran espíritu-. Mañana me marcharé, pero, mientras tanto,
¿qué es lo que se supone que debo hacer? Muéstrame el camino".
- ¿Se
lo mostró?
No,
el camino simplemente viene si aprendes a escucharte a ti mismo y tratas a todo
el mundo como te gusta que te traten a ti. Mi bisabuela me enseñó hace mucho
tiempo que te conviertes en ser humano cuando aprendes a aceptar, cuando
aprendes a fluir. ¿Y sabe lo que decía mi madre?
Algo
que me impresionará, seguro...
Mi
madre me decía: "Está bien". "Está bien cuando está bien, y está
bien cuando no está bien". Es así, pero siempre queremos cambiarlo todo y
de esta forma nos agarramos a lo que está mal y no lo dejamos ir.
P:
Está bien.
Cuando
lo malo te viene, tienes que aceptarlo y aprender de ello. Cuando una cosa
buena viene, la atesoramos como si no volviera a sucedernos nunca más. Pero la
vida, como las estaciones, es un ciclo, siempre el mismo y siempre cambiante.
P: Su
pueblo casi fue exterminado, si hubieran aceptado en lugar de luchar por
mantenerse, usted no estaría aquí.
Tras
la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Estados Unidos intentó acabar con
nuestra cultura negándonos el derecho a la pesca y la caza, y construyeron
escuelas para indígenas en las que prohibían a los niños hablar su lengua
materna.
P:
Gran error.
Aquello
ocurrió, no luchamos, y ahora todo el mundo quiere ser como nosotros, quieren
conocernos; les perdonamos, es así como funciona, hemos de desprendernos del
ego y de la avaricia de cogerlo todo, ¿para qué lo quieres?...
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